Con tres premios Oscar en su haber, incluyendo el de Mejor película del
año, 12 años de esclavo llegó a las salas de cine de Mazatlán con su elenco de lujo para proyectar
el sufrimiento y desesperanza que contiene una historia del racismo del siglo
XIX.
El
filme narra la historia de Salomón, un ciudadano afroamericano libre y culto,
con trabajo y familia; lo que permite al espectador identificarse con el protagonista
de la historia. Salomón es secuestrado y vendido como esclavo a los grandes
terratenientes blancos. A través del él, el director Steve Mcqueen muestra los
abusos y discriminación del que eran objeto los hombres negros en aquella época.
La
película destaca en muchas facetas. La brillante actuación de cada uno de sus
personajes, digno de un elenco envidiable que cuenta con actores de la talla
de Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyongo y en un papel menor,
Brad Pitt. Cada uno logra entender la interpretación y su rol en la historia.
La fotografía es brillante, nítida y artísticamente bien usada para proyectar
la época. Otro apartado fuerte es la ambientación del siglo XIX. Un vestuario adecuado
en cada uno de sus personajes, el diseño de las casas, muebles y paisajes que logran
revivir dos siglos de nuestro pasado.
Las
relaciones de poder y la des humanización de los hombres de aquellos años, es el
culto más central de esta producción. El trato de objeto y de propiedad con el
que se refiere a los esclavos, ilustran las formas de relación patrón-esclavo. La violencia, el sufrimiento, el dolor, las escenas
crudas, la sangre y los latigazos se hacen presentes para colocar a esta película
como un referente histórico de la época de la esclavitud en Norteamérica.
Aun
con las grandes virtudes con las que cuenta, 12 años de esclavo se queda corta
al momento de proyectar la cruda realidad de la esclavitud en una mayor dimensión.
Producida de manera más comercial, el filme de dos horas no alcanza a mostrar
la desesperanza y la rutina de vida de
los hombres negros.
El guion de no le da demasiada participación a los demás esclavos
para conocer su y psicología. Incluso en
el mismo protagonista, su sufrimiento y manera de pensar ante su situación, es
tratado superficialmente por el guion. La película se queda muy lejos de otros clásicos
del cine que retratan el sufrimiento y abuso humano como La lista de Schindler, El pianista o Atrapado sin salida.
El guión por momentos cae en la película, lo que permite una trama relajada, estática
y sin mucha tensión dramática. Más que una constante lucha por la
supervivencia, por momentos parece una adaptación
al medio por parte del protagonista.
La película es realizada bajo un buen argumento que no logra explotar. Se concentra únicamente en el camino de un hombre y no aprovecha la oportunidad de tratar la vida y el tormento que debió representar la vida para los hombres que fueron víctimas de la esclavitud. Es una película seria con escenas crudas, que un niño o un adolescente distraído no supieran apreciar. Pero por su carácter comercial, tampoco se convertirá en un clásico del cine que sirva como referente para entender el fenómeno de la esclavitud.
La película es realizada bajo un buen argumento que no logra explotar. Se concentra únicamente en el camino de un hombre y no aprovecha la oportunidad de tratar la vida y el tormento que debió representar la vida para los hombres que fueron víctimas de la esclavitud. Es una película seria con escenas crudas, que un niño o un adolescente distraído no supieran apreciar. Pero por su carácter comercial, tampoco se convertirá en un clásico del cine que sirva como referente para entender el fenómeno de la esclavitud.
Walfer Juárez
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